El Merengue, como muchas de las creaciones de la repostería, tiene una interesante historia. Esta se da cuando Napoleón visitó el pueblo de Meringen en Suiza. Un chef local creó unas galletas hechas con azúcar,canela, nueces y yema de huevo, y para no perder las claras las batió con azúcar y luego hizo pequeños montoncitos sobre una lata y los horneó lentamente hasta que quedaron secos y crujientes. Los puso en fuentes con crema dulce y los sirvió. Se comentó que a Napoleón le había gustado mucho más esta creación que la primera, y ahí les dieron el nombre del pueblo.
Existen distintos tipos de merengue dependiendo del uso que se le va a dar. Pero yo he optado por quedarme con una receta fácil, rápida y además infalible.
1 taza de claras
2 tazas de azúcar
Se junta todo en un bol y se pone a baño maria, revolviendo, hasta que se disuelva bien el azúcar. El bol no debe topar el agua para evitar que las claras se cuezan.
Se retira el bol del baño maria y se bate muy bien hasta que esté bien firme y brillante. El ideal es hacerlo en una batidora tipo Kitchen Aid o similar, ya que se ahorra mucho tiempo.
Hornear a 100ºC durante 1 hora. Dejar que se enfríe adentro del horno.
Si tu horno no te permite esta temperatura tan baja, ponlo al mínimo y deja la puerta del horno apenas entreabierta con la ayuda de una cuchara de palo.
Así podrás hacer merenguitos, merengones, hojas de merengue, etc. Y tendrás la base para un exquisito postre con frutas, crema, helados, manjar, etc.
Suerte!!!
domingo, 13 de noviembre de 2011
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Susto al Pulpo
Siempre me ha dado cierta curiosidad el pulpo. Cuando era chica el solo pensar en este bicho lleno de tentáculos y ojos saltones me hacia tiritar, ni en broma lo habría probado, a menos que me hubiesen engañado haciéndole pasar por otra cosa. Si así fue, nunca lo supe.
Con el tiempo y ya habiendo incursionado en la cocina, lo probé y me encanto. Pero eso aún estaba lejos de animarme a comprarlo y cocinarlo!!! Me seguía dando nervios esa textura gelatinosa y su aspecto, por lo que prefería comerlo en restaurantes o comprarlo ya preparado.
Cuando estuve en Lima comí pulpo en todas sus formas: en ceviche, al olivar, a la parrilla, con arroz, apanado, etc... Y siempre delicioso!!! Aun así, no me animé a aventurarme. Hasta que un buen día una amiga me pide un ceviche. "Hazlo a tu gusto" , me dijo, "pero que tenga ¡pulpo!" No me pude negar, nunca me niego a los desafíos culinarios. ¡¡Había llegado el día!!!
Primer paso, COMPRE EL PULPO. Después de mirarlo y mirarlo, vinieron las dudas. ¿Como hacerlo y que no falle? No podía quedar duro, ni chicloso, ni desabrido..... Vamos investigando en los múltiples libros de cocina que tengo en mi biblioteca. Despues de mucho buscar, ¡¡Todas las recetas eran distintas!! ¿Cual elegir? , le pregunto a una amiga.
"Tengo un amigo español experto, llamemos", me dice
Y eso hicimos. Llamamos a Ramón, quien amablemente nos dio su secreto.
"¿Cómo? Es muy fácil, dijo. ¡Solo tenéis que asustar al pulpo 3 veces!
En una olla con agua hirviendo, sumergís el pulpo y lo sacáis inmediatamente, solo para que se asuste. Esperáis que hierva nuevamente el agua y lo volvéis a asustar, y repetís otra vez la operación asustando al pulpo por tercera vez. Luego lo dejáis cocinar durante 40 minutos y ¡ya!"
Fue una aventura. Cómo nos reímos y nos sorprendimos cada vez que asustamos a nuestro pulpo, viendo como se iban encrespando sus tentáculos e iba tomando un color diferente! Gozamos, y el resultado fue excelente. Mi amiga quedó fascinada con el ceviche y yo feliz de terminar con el susto al pulpo y poder asustarlo a él.
(Esperar que se enfrié antes de cortarlo)
¡GRACIAS RAMON!
Con el tiempo y ya habiendo incursionado en la cocina, lo probé y me encanto. Pero eso aún estaba lejos de animarme a comprarlo y cocinarlo!!! Me seguía dando nervios esa textura gelatinosa y su aspecto, por lo que prefería comerlo en restaurantes o comprarlo ya preparado.
Cuando estuve en Lima comí pulpo en todas sus formas: en ceviche, al olivar, a la parrilla, con arroz, apanado, etc... Y siempre delicioso!!! Aun así, no me animé a aventurarme. Hasta que un buen día una amiga me pide un ceviche. "Hazlo a tu gusto" , me dijo, "pero que tenga ¡pulpo!" No me pude negar, nunca me niego a los desafíos culinarios. ¡¡Había llegado el día!!!
Primer paso, COMPRE EL PULPO. Después de mirarlo y mirarlo, vinieron las dudas. ¿Como hacerlo y que no falle? No podía quedar duro, ni chicloso, ni desabrido..... Vamos investigando en los múltiples libros de cocina que tengo en mi biblioteca. Despues de mucho buscar, ¡¡Todas las recetas eran distintas!! ¿Cual elegir? , le pregunto a una amiga.
"Tengo un amigo español experto, llamemos", me dice
Y eso hicimos. Llamamos a Ramón, quien amablemente nos dio su secreto.
"¿Cómo? Es muy fácil, dijo. ¡Solo tenéis que asustar al pulpo 3 veces!
En una olla con agua hirviendo, sumergís el pulpo y lo sacáis inmediatamente, solo para que se asuste. Esperáis que hierva nuevamente el agua y lo volvéis a asustar, y repetís otra vez la operación asustando al pulpo por tercera vez. Luego lo dejáis cocinar durante 40 minutos y ¡ya!"
Fue una aventura. Cómo nos reímos y nos sorprendimos cada vez que asustamos a nuestro pulpo, viendo como se iban encrespando sus tentáculos e iba tomando un color diferente! Gozamos, y el resultado fue excelente. Mi amiga quedó fascinada con el ceviche y yo feliz de terminar con el susto al pulpo y poder asustarlo a él.
(Esperar que se enfrié antes de cortarlo)
¡GRACIAS RAMON!
sábado, 16 de julio de 2011
En Busca de un Kuchen
En un día lluvioso como hoy, junto a la chimenea, me vino a la memoria mi último viaje al sur de Chile. Fue hace unas semanas, a Puerto Varas. El tiempo estaba maravilloso. Alojamos en el Hotel Cumbres Patagónicas. Muy bien ubicado y agradable, las piezas bien puestas y la atención estupenda.
Siempre que voy a un lugar trato de rescatar lo que me parece más propio de él. Y estar ahí me hizo pensar en la repostería alemana. Inmediatamente imaginé un kuchen de frambuesas o de nuez. Apenas se presentó la oportunidad fuimos a un Café, el Café Danés. Pedí el anhelado kuchen de frambuesa cuya imagen tenía no solo en mi mente sino también en mi paladar. Apenas llegó a la mesa me di cuenta que no cuadraba para nada lo que veía con lo que yo imaginaba. La masa distaba mucho de ser delgada y con esa consistencia que se desmiga sola y deliciosa. Era un simple bizcochuelo, o más bien queque, cubierto de frambuesas y crema. Qué frustración! Mi amiga pidió un kuchen de nuez, que al menos el relleno salvaba; era bien bueno.
Comentamos con lugareños nuestra experiencia, y nos dijeron que así eran los kuchen en Puerto Varas. Si queríamos lo que buscábamos, nos dijeron, tendríamos que ir a Frutillar. Y.... para allá partimos al día siguiente, a tomar té con nuestros maridos. Siendo pleno invierno, había pocos lugares abiertos y no íbamos con datos, sólo nuestro olfato. Vimos dos lugares que se veían simpáticos, pero nada especial. Yo me tenté con una casa "bien alemana" en la Costanera, con un letrero anunciando "Onces Alemanas". Después de saludar a un perro labrador atravesado en el felpudo de la entrada, entramos acompañados del ruido de una campanilla que anunciaba nuestra llegada. No había nadie. Unas mesas de madera con pulcros individuales celeste con blanco, repisas con frascos de galletas artesanales y unas bandejas con masa de hoja a la espera de ser transformadas en torta. ME TINCO!! Apareció una mujer a recibirnos y convencí a nuestros amigos que nos quedáramos. No había kuchen, pero comí el mejor strudel de manzana que he comido en mi vida. Probé la deliciosa torta de milhojas con crema, manjar y frambuesas que pidió mi marido, y las decoradas y exquisitas galletas que pidieron nuestros amigos. Eso junto a un café con leche bien caliente para ese día de lluvia fue sencillamente lo máximo.
Antes de irnos nos mostraron las piezas. ¡impecables y preciosas! El lugar se llama Bauernhaus, y no me pude ir sin antes adquirir un ejemplar de "150 Años de la Repostería Alemana en Chile", que tiene unas recetas buenísimas que estoy empezando a probar, con el único terror de convertir a mi familia en una bandeja de bollos.
Siempre que voy a un lugar trato de rescatar lo que me parece más propio de él. Y estar ahí me hizo pensar en la repostería alemana. Inmediatamente imaginé un kuchen de frambuesas o de nuez. Apenas se presentó la oportunidad fuimos a un Café, el Café Danés. Pedí el anhelado kuchen de frambuesa cuya imagen tenía no solo en mi mente sino también en mi paladar. Apenas llegó a la mesa me di cuenta que no cuadraba para nada lo que veía con lo que yo imaginaba. La masa distaba mucho de ser delgada y con esa consistencia que se desmiga sola y deliciosa. Era un simple bizcochuelo, o más bien queque, cubierto de frambuesas y crema. Qué frustración! Mi amiga pidió un kuchen de nuez, que al menos el relleno salvaba; era bien bueno.
Comentamos con lugareños nuestra experiencia, y nos dijeron que así eran los kuchen en Puerto Varas. Si queríamos lo que buscábamos, nos dijeron, tendríamos que ir a Frutillar. Y.... para allá partimos al día siguiente, a tomar té con nuestros maridos. Siendo pleno invierno, había pocos lugares abiertos y no íbamos con datos, sólo nuestro olfato. Vimos dos lugares que se veían simpáticos, pero nada especial. Yo me tenté con una casa "bien alemana" en la Costanera, con un letrero anunciando "Onces Alemanas". Después de saludar a un perro labrador atravesado en el felpudo de la entrada, entramos acompañados del ruido de una campanilla que anunciaba nuestra llegada. No había nadie. Unas mesas de madera con pulcros individuales celeste con blanco, repisas con frascos de galletas artesanales y unas bandejas con masa de hoja a la espera de ser transformadas en torta. ME TINCO!! Apareció una mujer a recibirnos y convencí a nuestros amigos que nos quedáramos. No había kuchen, pero comí el mejor strudel de manzana que he comido en mi vida. Probé la deliciosa torta de milhojas con crema, manjar y frambuesas que pidió mi marido, y las decoradas y exquisitas galletas que pidieron nuestros amigos. Eso junto a un café con leche bien caliente para ese día de lluvia fue sencillamente lo máximo.
Antes de irnos nos mostraron las piezas. ¡impecables y preciosas! El lugar se llama Bauernhaus, y no me pude ir sin antes adquirir un ejemplar de "150 Años de la Repostería Alemana en Chile", que tiene unas recetas buenísimas que estoy empezando a probar, con el único terror de convertir a mi familia en una bandeja de bollos.
miércoles, 29 de junio de 2011
CLARAS DE HUEVO
Hace unos días abrí el refrigerador y me encontré con una cantidad de claras de huevo que no podía creer. Me carga botar la comida así que decidí utilizarlas. El problema es que llegado el momento, aparte de hacer rollo de merengue o merenguitos en todas sus formas, no se me vinieron a la mente muchas cosas mas. Poco a poco, me fui acordando de las cocadas, el flan de claras y los bavarois a la antigua hecho de la fruta que estuviera a la mano. El infaltable bizcochuelo, que también se puede hacer solo de claras, para hacer desde tortas, postre tres leches, hasta los trifles presentados en esos copones transparentes que hacen lucir un postre maravilloso.
De repente recordé el turrón de vino que hacían en la casa de mi mamá. Me encantaba! Un día de estos se los voy a hacer a mis niños, aunque me temo que lo voy a gozar yo más que ellos. Es la nostalgia...
Investigando un poco más descubrí recetas de queques y galletas hechas con claras de huevo, tortillas, panqueques y hasta descubrí máscaras para humectar y rejuvenecer la piel. También encontré la dieta de la clara de huevo, que al parecer hace bajar hasta 3 kilos semanales!
No hay que olvidar el alto contenido de proteínas y vitaminas que tiene la clara! Así que nunca las botes. Si no tienes tiempo para usarlas inmediatamente, se pueden congelar. No les pasa nada!
Aquí va una receta para que aproveches las claras que tienes hoy en el refrigerador.
BAVAROIS DE LUCUMA
300 grs. Puré de lucuma
1 taza de leche evaporada
4 claras
1/2 taza de azúcar
1 taza de crema fresca
2 cucharadas gelatina sin sabor
1/4 taza de agua
1 cdta. Extracto de vainilla
Juntar el puré de Lucuma con la leche evaporada. Reservar
Batir las claras a punto de nieve y agregar el azúcar de a poco batiendo. Reservar.
Batir la crema fresca hasta que esté bien firme.
Hidratar la gelatina en el agua fría y poner a baño Maria para disolver.
Agregar la gelatina disuelta fría a la lucuma. Incorporar las claras batidas, luego la crema y finalmente la vainilla.
Poner en un molde previamente mojado. Refrigerar hasta que esté firme.
Desmoldar y servir con Salsa Inglesa.
viernes, 24 de junio de 2011
La Sopa
En estos días fríos nada mejor que una sopa. Reconozco que la sopa nunca fue uno de mis favoritos, quizas porque lo asociaba a comida de guagua o de enfermo, o porque nunca probé de chica sopas realmente buenas. Con el tiempo fui descubriendo todo lo que se escondía detrás de ellas. No solo es una fuente nutritiva que puede suplir una comida completa, sino que en ella podemos integrar distintas verduras que muchas veces por si solas no son de nuestro agrado, pero combinadas dan un resultado excelente. Además es una buena forma de dar a nuestra familia una alimentación sana y con ingredientes variados. No deja de ser importante recalcar que también es barato y fácil de preparar.
Lo más importante en una sopa es la base con que se va a preparar. Puede ser un caldo de verduras, de pollo, de carne, o de pescado. El que más uso yo es el de pollo, porque siempre tengo. Cada vez que se cuece un pollo para hacer tallarines, panqueques, sandwiches, etc., guardo el caldo en el freezer a la espera de transformarse en una reconfortante sopa. Lo mismo se puede hacer con el pescado. Cada vez que compro congrio u otro pescado, pido la cabeza para hacer un caldo o fumé de pescado. El de verduras es muy simple, ya que basta con usar todos los restos de verduras que estén en el refrigerador para obtener un buen caldo. El más lento de hacer es el de carne. Para este hay que comprar huesos bien carnudos y ponerlos al horno durante 1 hora o más para que se doren bien. Luego vaciarlos a una olla y agregar todas las verduras que estén a la mano; cebolla, zanahoria, puerro, pimentón, apio, cebollin, una hoja de laurel, granos de pimienta y unas ramitas de tomillo y se deja hervir por varias horas. Con 2 a 3 horas ya se puede utilizar para una sopa. Para usarlo como base de salsas u otros, se hierve durante 8 horas. Queda bien concentrado y con solo un poco se puede hacer una salsa exquisita para cubrir una carne.
sábado, 18 de junio de 2011
De Cangrejo a Conejo
Anoche fui a ver una película de Woody Allen y parece que va a ser la ultima que vea de él, al menos con mi marido. Después nos fuimos a comer a De Cangrejo a Conejo, que está en el Shopping La Dehesa. Alguna vez me comí ahí una ensalada exquisita a la hora de almuerzo con una amiga.
Llegamos 4 personas, sin reserva, pero tuvimos la suerte de encontrar "la" mesa de alguien que no llegó. Hacía mucho frío, pero el lugar estaba agradable aunque demasiado lleno para mi gusto. La conversación de la mesa de al lado, cero opción de ser privada. Pedimos pisco sour, estaba exquisito, bien helado, espumoso y con amargo de Angostura. Tras una eterna hora de espera desistimos del piqueo que habíamos pedido (parece que se les olvidó), y pedimos que apuraran un poco la causa. En general todo rico. Lo mejor, el Confit de Pato con Salsa de Brie y Mango, y el Mero Tausi, que es con ostiones y camarones y viene con un risotto de zapallo. Los Mariscos Criollos estaban deliciosos, pero el Tacu Tacu no me gustó, estaba hecho con papas deshidratadas. He comido mejores. El postre estaba buenísimo, un milhojas de Manzana hecho con masa filo y una bolita de helado.
El Tacu Tacu es un típico plato peruano que consiste en mezclar arroz con sobras del día anterior. Los más comunes son el de porotos con arroz, pallares con arroz y también el de lentejas con arroz. Es una mezcla homogénea y espesa, que a veces incluso la fríen. Últimamente lo han ido sofisticando y le agregan mariscos o lo cubren con alguna salsa rica, y lo ofrecen hasta en los mejores restaurantes de Perú.
TACU TACU CON HUEVOS
2 tazas de porotos cocidos
1 cebolla picada fina
6 cucharadas de pasta de ají mirasol
1 cdta. de pimienta
4 tazas de arroz cocido
4 huevos
En una sartén poner 4 cucharadas de aceite. Agregar la cebolla y dorar, agregar la pasta de ají y la pimienta. Agregar los porotos y el arroz. Revolver a fuego medio hasta lograr una mezcla homogénea.
En otra sartén calentar 2 cucharadas de aceite y agregar 1/4 de la mezcla. Dorar por ambos lados dando la forma deseada. Repetir con las otras 3 porciones. Servir con huevo frito. Decorar con cebolla morada cortada pluma, pimiento rojo en julianas y hojitas de cilantro.
viernes, 17 de junio de 2011
Mi Nuevo Blog
La idea de hacer un blog nació como un medio para promover mis postres y comidas. Estaba feliz de haber incursionado en el mundo de la tecnología y demostrarle a mis hijos que yo no estaba tan alejada de su mundo. Pero un comentario lapidario de mi hija me hizo ver que la idea de un blog es que tenga dinamismo y sea entretenido.
Entonces decidí compartir mis conocimientos con ustedes y aportarles en lo que pueda, que se relacione con el tema culinario.
No tengo experiencia en escribir, pero trataré de ser espontánea y contarles de mis experiencias cotidianas, desde un tip para que una receta resulte bien hasta mi opinión de un restaurant o un plato nuevo que descubra por ahí.
Si alguien quiere hacer preguntas, estaré feliz de responderlas lo mejor posible, si es que lo sé........ Y ahora
BIENVENIDOS!!!!
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