Se aproxima el Invierno y los fríos y lluvias no tardarán en aparecer. Comienzan los cuidados para los inevitables resfríos que nos amenazan por doquier. Algunos recurren a vacunas, naturales o convencionales, para "zafar", otros se llenan de vitaminas en todas sus formas y adoptan la camiseta o el pañuelo como parte de la indumentaria diaria para protegerse del frío y no ser una víctima más del cruel resfrío.
Sin embargo, si por esas cosas del destino fuimos los "elegidos", cualquier cosa que hayamos hecho no logrará detener al maldito bicho que nos mandará al menos un par de días a la cama.
Es en ese momento cuando nos damos cuenta que lo único que nos mejorará, será seguir los consejos que venimos oyendo desde la cuna por generaciones. Tomar mucho líquido y comer sano, prefiriendo siempre frutas y verduras con alto contenido de vitamina C.
Esta vitamina la encontramos en verduras como pimientos, tomates, espinacas y coles, entre otras; y frutas tales como el kiwi, piña, mango, naranja, limón y la bendita mandarina.
Las mandarinas o clementinas no solo son deliciosas por sí solas al pelarlas con la mano y comerlas al pasar. Existen infinitas formas de prepararlas o incluirlas en nuestra alimentación. Desde luego el jugo en el desayuno sería una de las mas simples. Pero también se pueden agregar a ensaladas y sopas, o ser protagonista de un exquisito postre.
Considerando que el consumo de cinco mandarinas diarias no solo ayuda a prevenir resfríos sino que también interviene en la formación de colágeno y calcio, tiene un alto contenido de fibra y ayuda a metabolizar las grasas, debiéramos tener en alta estima a esta fruta e incluirla en nuestra dieta diaria, especialmente durante el invierno.
Jugo Concentrado para Desintoxicar el Organismo
En la licuadora:
6 mandarinas con cáscara
1 taza de agua
Miel de Abejas
En Thermomix: Vaso Cerrado Turbo y luego 1 minuto en velocidad 10
Tomar un vaso una hora antes del desayuno por 5 días.
Queque de Mandarina
2 mandarinas enteras
200 grs. de azúcar
1 taza de aceite (200 grs.)
2 huevos
280 grs. de harina
2 cucharadas polvos de hornear
Triturar las mandarinas en la licuadora y agregar el azúcar. Mezclar bien y vaciar a un bol. Agregar el aceite, luego los huevos y el harina de a poco revolviendo, y finalmente los polvos de hornear.
Vaciar a un molde enmantequillado y hornear a 180ºC durante 30 minutos o hasta que al enterrar un palito éste salga limpio.
En Thermomix:
Triturar las mandarinas pulsando una vez turbo hasta el número 2. Agregar el resto de los ingredientes y programar 2 minutos velocidad 5. Vaciar al molde y hornear.
Durante años cada vez que emprendía la tarea de cocer locos, me atacaba el nerviosismo de no saber si quedarían blandos o duros. En consecuencia podíamos sentarnos frente a un plato de locos fríos de entrada, de un chupe, o simplemente de unos canapés obtenidos de unos locos bien triturados para disimular el fiasco.
No sé cuantas son las maneras que he probado para cocer locos. En agua fría, en agua hirviendo, echando uno a uno a la olla, con el corcho, sin el corcho, con sal, sin sal, se le saca el callo, no se le saca, un poco de bicarbonato, o mejor con una papa cruda.... Olla a presión, mejor olla corriente.....
Hasta en los restaurantes he preguntado para ver si alguien tiene el secreto infalible. Pero no!! A veces quedan blandos como papa y otras veces con el mismo método, quedan duros como palo!
A la conclusión que he llegado es que lo único realmente importante para que los locos queden blandos es que estén bien apaleados, como lo suelen hacer los pescadores en sacos o cámaras de neumáticos y no someterlos a cambios bruscos de temperatura.
La receta que nunca me ha fallado, que escribo a continuación, es la que está publicada en La Buena Mesa.
Lavarlos bien, apalearlos un poco más con un mazo o uslero, escobillarlos para que queden blancos y sacarles el callo. Luego se secan bien y recién en ese momento se inicia el proceso de cocción que detallo a continuación.
En una olla poner un poco de aceite y dorar ahí los locos hasta que suelten un líquido lechoso.
Agregar el agua hirviendo. Poner a fuego moderado durante 1 hora. Dejar enfriar en el caldo.
Salir a comer con los niños no siempre resulta fácil. La diferencia de edades es lo que lo hace más difícil. Por esta vez la preferencia fue para los menores y "La Burguesía" fue su elección.
Llegamos sin reservar y la espera que había era de 40 minutos! Suerte para los mayores!!
De los restaurantes cercanos elegimos "Le Bistro" lo cual alegró mucho a todos, pero obviamente no estaría la esperada hamburguesa de nuestro hijo menor.
El restaurant un agrado. Bien atendido y con una carta francesa bien tentadora. Pato Confitado y el Hígado de Pato Caliente con Tarte Tatin fueron algunos de los platos elegidos. y un Tártaro de Vacuno maravilloso, que todos miramos con sana envidia, fue lo que salvó al más chico de la familia.
Pero a lo que mi marido no se pudo resistir fue a las guatitas. Los recuerdos de su "Nené" afloran cada vez que tiene oportunidad de comerlas. Tenía 96 años cuando estuvo muy enferma y todos pensamos que sería su fin. En medio de la preocupación y la pena, la desafió a mejorarse e invitarlo a comer un plato de guatitas cuando se recuperara. Cual sería nuestra sorpresa cuando dos semanas después, el llamado no se hizo esperar y las guatitas nos aguardaban para a almorzar.
Tengo que reconocer que comer guatitas no era el mejor de los panoramas para mi, pero era impensable un desaire viniendo de quien venía la invitación. Por educación me serví un plato más que discreto y tuve que reconocer que estaban tan buenas que "casi" me repetí.
Siendo una gran gozadora y comiendo guatitas, riñones, y guisos con crema y mantequilla a "la Nené"sólo le faltó un mes para cumplir los 100 años.
Transcribo TEXTUAL desde su cuaderno la receta de "Guatitas de la Nené".
Guatitas Riquísimas
3/4 kg. de guatitas se cuecen muy bien y se cortan finitas como tallarines.
Se pone en una cacerola un poco de aceite. Una vez caliente se le ponen 2 cebollas chicas cortadas muy finitas, ají, tomate, 1 hoja de laurel, zanahoria, perejil. Todo cortado bien finito menos el laurel.
Se fríe todo esto 2 minutos y se revuelve con las guatitas.
Se parten 4 papas grandes peladas en tajadas y con un poco de ají se agregan a las guatitas.
Se cubre con caldo de carne.
Un puñado de callampas secas se tienen remojando en 1/2 taza de vino seco. Se le agregan a las guatitas y ahí se dejan cocinando por 1 hora.
Al final se le salpica harina para que queden cremosas. Se ponen bien calientes en una fuente con queso parmesano.